AQUI HAY DRAGONES
Sin remiendos ni ornamentaciones, sin exaltaciones ni fuoco.Y con ausencia de optimismo. Así definimos “Aquí hay dragones”, el último álbum de Grupo Salvaje. Cenizas de los grandes – Elvis, Leonard Cohen o Mr. Cash – caen de los cigarros, la voz e instrumentos de sus integrantes, pero sin desbaratar el sonido propio que en éste álbum plasman. Eso es, Grupo Salvaje.
Un disco sin fuerza visible ni física, pero tras cada escucha la tensión se reproduce como el miedo que la noche seduce tras cada esquina. Desde su primer tema “La hora de los ocultos” la incertidumbre aparece en cada habitación receptora de los sonidos salvajistas, con algún halo de esperanza en singulares segmentos musicales, de forma extraordinaria.
“ Here be dragons” se podía leer en los primeros mapas de los cartógrafos para designar las zonas inexploradas que había en la Tierra. Estas lejanas provincias se presuponían ariscas, duras y llenos de peligros a todos los niveles. Aquella era una clara señal de advertencia, pero claro todo caballero se envalentona ante los retos y cual sería mejor que el de contemplar ese “Aquí hay Dragones” y confirmar ese camino a seguir. Por eso “Este es un disco para los soñadores y perdedores, que casi siempre son los mismos”.
El icono del anarquismo también tiene cabida con el tema “El entierro de Bakunin”, un pequeño réquiem de apenas dos minutos. En “Scott´s arm” la oscura voz de Ernesto González entrelazada con las frías letras y melodías angostas, resultan en un nuevo episodio de suspense musical.
Un disco muy poco ortodoxo, no apto para oídos distraídos, aunque en MENTES-INQUIETAS no existan lectores de ese tipo. Así que disfrutadlo.
Víctor R.
::MENTES-INQUIETAS::
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