ENRIQUE MARTY EN EL MUSAC
El artista Enrique Marty realizará un proyecto específico de instalación en el MUSAC Título: Flaschengeist lacaseta del alemán Artista: Enrique Marty (Salamanca, 1969) Lugar: Sala 2, MUSAC Fechas: 17 de Diciembre – 16 de abril 06 Comisaria: Estrella De Diego Coordinación: Tania Pardo, María Soria Enrique Marty (Salamanca, 1969) construirá en el MUSAC a través de una gran escenografía creada específicamente para este proyecto el ambiente de las Ferias de antaño. Distintas casetas albergarán a los personajes de esta particular Parada deos Monstruos: la niña que levita, el hombre de las siete cabezas, la mujer serpiente, el macroencefálico, el hombre perro, etc. Personajes de la Feria nos introducirán en un mundo que conjuga la sorpresa y lo mágico, con la realidad y la trampa.
Flaschengeist, la caseta del alemán
Cada vez es más raro tropezarse en las ciudades con alguna feria de las de antes, quizás porque quedan pocos solares libres para instalarlas. O es posible que sí lleguen, monten su casa ambulante en un descampado del extrarradio, cuyo nombre sea una noticia pequeñísima, si acaso, en las páginas locales del diario. Porque las ferias, igual que el circo y los antiguos zoos, parecen hoy figuras retóricas del pasado, síntomas de otro tiempo, un tiempo de escasas abundancias en el cual no había parques temáticos, ni Safari Parks.
Y, sin embargo, cuando en el paseo nos damos de bruces con el perfil de una feria instalada a lo lejos, sentimos cómo ese encuentro inesperado con el lugar nos traslada hasta una sensación poderosa y antigua: un desamparo más profundo que el propio regreso a la infancia, tal vez porque las ferias tienen algo de destierro permanente, un exilio que acaba por ser el alejamiento de la casa de la memoria.
Y tienen, sobre todo, una esencia indiscutiblemente radical, pues si es cierto que, igual que los circos o los zoos de antes, las ferias son los sitios donde las diferencias –los “otros”– se exhiben tras domarlas y darles un baño de civilización, no lo es menos que allí también se construyen esas diferencias en el juego infinito de asaltar el espacio del espectador. Hemos llegado hasta la feria para formar parte de una peculiar transgresión y dejarnos ir, indefensos, al menos mientras dura el recorrido. Las ferias tienen, de hecho, bastante de arquetipo, esa franja de deseos y temores compartidos donde se manifiestan el prodigio y lo extraordinario, con mucho de lo “siniestro” freudiano, que no es sino lo familiar que de pronto se hace extraño –o todo lo contrario–, pues en el fondo es lo mismo.
Precisamente esos arquetipos son uno de los intereses recurrentes en la producción del artista Enrique Marty (Salamanca, 1969). Igual que en la obra La familia, que los visitantes tuvieron ocasión de ver en la muestra Emergencias del MUSAC, Enrique Marty investiga sobre las relaciones en el ámbito de lo cotidiano y el modo en el cual a menudo ocultan esos desplazamientos de significación que implica lo familiar cuando se hace extraño, la propuesta que ahora se presenta y que toma su nombre de una de las atracciones que más fascinación ha producido a Marty a lo largo del tiempo en las visitas de la feria a su ciudad natal, Flaschengeist, la caseta del alemán, retoma esos mismos desplazamientos de significado para enfrentar al espectador –e igual que ocurre en las ferias– con sus propias contradicciones que no son, al fin, sino las que plantea la construcción de la realidad.
Se trata en este caso –y como en las ferias también– de una realidad deformada e inquietante que Marty construye a través de murales de tela, carteles, bombillas, atracciones, laberintos o esculturas con ciertas reminiscencias de las barracas del siglo XIX, que resume el trabajo de Tod Browning Freaks. La parada de los monstruos (1932). La niña que levita, el hombre de las siete cabezas, la mujer serpiente, el macroencefálico, el hombre perro…conforman el universo turbador con el cual Marty enfrenta a los espectadores.
Concebida como una instalación in situ, para la cual el artista salmantino ha creado ex profeso cada uno de los elementos, la muestra refleja la experiencia y pasión escenográfica del autor y convoca, a través de esa confrontación de los espectadores con el reparto de diferencias, e igual que sucediera en las barracas de otro tiempo, una reflexión más general: ¿quién mira a quién, el espectador al “diferente” exhibido o todo lo contrario? La feria, espejo impertinente que nos devuelve una imagen insospechada de nosotros mismos, nos hace reflexionar, entonces como ahora, sobre el problema de lo distinto y cómo se trata siempre de un territorio impreciso ya que un paso atrás o delante, un episodio súbito, y la vida nos coloca del otro lado. Todos somos los otros.
Edición de un Libro de Artista
Con motivo de esta muestra se editará un libro con los dibujos y anotaciones que ha ido realizando Enrique Marty durante el proceso de creación del proyecto. El diseño corre a cargo de Eduardo Szmulewicz y la editorial es TF. Será como un diario personal del artista y tendrá alrededor de 200 páginas
0 comentarios