GRAMOPHONE MAN
Sin domesticar
En estos tiempos de apariencia descafeinada, de globalización de ideas, sabores y sonidos, de forzada corrección y asepsia, y poses de cara a la galería, lo mínimo que hay que pedir al rock es que sea antónimo de docilidad. Lejanos los días en que se contemplaba como una amenaza, debe al menos mantener sus aristas, unas esquirlas que lo perpetúen como vehículo de expresión de insatisfacciones e inquietudes, el territorio en que unos músicos se sientan libres, totalmente al mando de la situación y gozosos.
Esas son las sensaciones que transmite GRAMOPHONE MAN, que en su tercera grabación, Fairy tales, editada por Artimaña Records, tiende un colchón eléctrico para mecer y amplificar historias de ansiedades, sueños dorados, anhelos de libertad, noches envueltas en estupefacientes y las gloriosas sensaciones que produce auparse a un escenario. Un cancionero que proclama reiteradamente su amor al rock and roll. Fantasías difuminadas tras el humo de un petardo dan pie a que emerjan las influencias más progresivas y/o psicodélicas del compositor principal, y el cuarteto cántabro ruge cuando se entrega al hard rock o le da a otras suertes que conceden protagonismo a la voz aguerrida de Bruno Vázquez y tenaces pasajes guitarrísticos que ponen el acento en la intensidad. Aunque también se atreven a enriquecer con saxo y percusión el desgarrado corte final, y en sus ensayos uno ha vislumbrado rock bien carnoso surcado por tenues pasajes de astro blues, leve aliento sesentero y la densidad según Black Sabbath. Todo entre carteles de Black Crowes, Beatles y tributos a AC/DC y Led Zeppelin. Marco incomparable, que diría aquel.
Atrás quedan numerosas actuaciones, concursos ganados (primer Pop Rock de Cantabria, segundo Pop Rock de Almagro) y otras dos grabaciones (Gramophone Man y Stolen dreams) en las que el guitarrista Jesús González destaca el peso de melodías vocales, “guitarras que hacen recordar el rhythm & blues” y “guiños al sonido stoner”, así como la influencia del rock californiano más psicodélico. Al frente se sitúan las expectativas de un grupo -¡loado sea el panteón completo del rock, y todos sus mártires!- sin domesticar. Por mucho tiempo.
Igor Cubillo ( Redactor El Pais)
::MENTES-INQUIETAS::
2 comentarios
Mosquetero -
maría -
Un beso.