SONAR 2005
El grupo Chemical Brothers, uno de los reyes de la música electrónica de baile, tomó anoche el protagonismo en el Festival de música avanzada y arte multimedia, Sónar 2005, con un show lleno de ritmos techno, rock y hip hop que sació las ganas de fiesta de las decenas de miles de espectadores reunidos en el recinto Fira GranLa banda británica había suscitado una gran expectación como principal cabeza de cartel de esta duodécima edición del Sónar, ya que se trata de una de las pocas formaciones en activo capaces de trasladar el poder de la música electrónica al directo, tal y como ya ha demostrado en multitud de ocasiones a lo largo de sus diez años de carrera.
El concierto comenzó con el mayor hit de la trayectoria del dúo formado por Tom Rowlands y Ed Simons, "Hey Boy Hey Girl", una canción que hizo saltar de golpe a todo el público que llenaba a rebosar el enorme recinto del SónarClub y que no paró de bailar y levantar los brazos siguiendo el ritmo de los británicos.
Los 'hermanos químicos' aprovecharon el concierto para presentar su último álbum de estudio, "Push The Button" (2005), una obra que no aporta mucho de nuevo a la trayectoria de la banda pero que contiene algunos temas brillantes, como "Galvanize" o "Believe", que sonaron con fuerza en el concierto y fueron muy bien recibidos por los espectadores.
Los momentos de mayor locura entre el público, sin embargo, se desataron con los grandes éxitos de Chemical Brothers, piezas como "Block Rockin' Beats", "Leave Home" o "Out Of Control" que no pierden efectividad en su puesta en escena en directo aunque pasen los años.
Pocas sorpresas
El concierto tuvo bien pocas sorpresas (Chemical Brothers siguen con el mismo discurso desde hace ya demasiado tiempo), pero cabe reconocer que el dúo supo adaptarse perfectamente a la filosofía del festival, sacando todo el partido posible del poderoso sonido del recinto y eligiendo un repertorio en el que primó el techno y que hizo disfrutar a la gran mayoría de los presentes.
Aunque Chemical Brothers acapararon buena parte de la atención, hubo otras actuaciones interesantes en la jornada de ayer. Roisin Murphy, ex cantante de Moloko, dio a conocer su álbum de debut en solitario, Ruby Blue (2005), producido por Matthew Herbert, al que dio forma en directo acompañada por una banda de hasta siete músicos.
Murphy, que hizo gala de su personalísima voz, ofreció en el escenario Sónarpark un elegante show (que no suscitó la atención merecida por parte del público al coincidir con la actuación de Chemical Brothers) en el cual se repartieron el protagonismo los sonidos electrónicos y los instrumentos de cuerda y viento.
Depeche, DJ
Una hora antes del concierto de la cantante inglesa, el colíder de los imprescindibles Depeche Mode, Martin L. Gore, abría la noche en su faceta de DJ, con un set de techno puro y duro, con algunas influencias electro y acid y sin ningún guiño hacia el sonido propio de su banda.
Mucho más divertido como pinchadiscos fue James Murphy, quien mostró en el escenario SónarPub que la variedad de influencias y estilos presentes en su grupo, LCD Soundsystem (presentes esta noche en el Sónar) no son ninguna casualidad, con una sesión que incitaba al baile sin recurrir a los ritmos más duros.
Los encargados de cerrar la jornada fueron Jeff Mills, presente casi cada año en el Sónar, que ofreció de nuevo una set de techno al más puro estilo Detroit, y los extravagantes 2 Many DJ's, que deleitaron con su capacidad de mezclar grupos y estilos musicales de lo más estrambóticos.
Fuente:EFE
El concierto comenzó con el mayor hit de la trayectoria del dúo formado por Tom Rowlands y Ed Simons, "Hey Boy Hey Girl", una canción que hizo saltar de golpe a todo el público que llenaba a rebosar el enorme recinto del SónarClub y que no paró de bailar y levantar los brazos siguiendo el ritmo de los británicos.
Los 'hermanos químicos' aprovecharon el concierto para presentar su último álbum de estudio, "Push The Button" (2005), una obra que no aporta mucho de nuevo a la trayectoria de la banda pero que contiene algunos temas brillantes, como "Galvanize" o "Believe", que sonaron con fuerza en el concierto y fueron muy bien recibidos por los espectadores.
Los momentos de mayor locura entre el público, sin embargo, se desataron con los grandes éxitos de Chemical Brothers, piezas como "Block Rockin' Beats", "Leave Home" o "Out Of Control" que no pierden efectividad en su puesta en escena en directo aunque pasen los años.
Pocas sorpresas
El concierto tuvo bien pocas sorpresas (Chemical Brothers siguen con el mismo discurso desde hace ya demasiado tiempo), pero cabe reconocer que el dúo supo adaptarse perfectamente a la filosofía del festival, sacando todo el partido posible del poderoso sonido del recinto y eligiendo un repertorio en el que primó el techno y que hizo disfrutar a la gran mayoría de los presentes.
Aunque Chemical Brothers acapararon buena parte de la atención, hubo otras actuaciones interesantes en la jornada de ayer. Roisin Murphy, ex cantante de Moloko, dio a conocer su álbum de debut en solitario, Ruby Blue (2005), producido por Matthew Herbert, al que dio forma en directo acompañada por una banda de hasta siete músicos.
Murphy, que hizo gala de su personalísima voz, ofreció en el escenario Sónarpark un elegante show (que no suscitó la atención merecida por parte del público al coincidir con la actuación de Chemical Brothers) en el cual se repartieron el protagonismo los sonidos electrónicos y los instrumentos de cuerda y viento.
Depeche, DJ
Una hora antes del concierto de la cantante inglesa, el colíder de los imprescindibles Depeche Mode, Martin L. Gore, abría la noche en su faceta de DJ, con un set de techno puro y duro, con algunas influencias electro y acid y sin ningún guiño hacia el sonido propio de su banda.
Mucho más divertido como pinchadiscos fue James Murphy, quien mostró en el escenario SónarPub que la variedad de influencias y estilos presentes en su grupo, LCD Soundsystem (presentes esta noche en el Sónar) no son ninguna casualidad, con una sesión que incitaba al baile sin recurrir a los ritmos más duros.
Los encargados de cerrar la jornada fueron Jeff Mills, presente casi cada año en el Sónar, que ofreció de nuevo una set de techno al más puro estilo Detroit, y los extravagantes 2 Many DJ's, que deleitaron con su capacidad de mezclar grupos y estilos musicales de lo más estrambóticos.
Fuente:EFE
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