"EL TELÓN" DE KUNDERA,NUEVO LIBRO
"Lo único que nos queda ante esta irremediable derrota que llamamos vida es intentar comprenderla. Esta es la razón de ser del arte de la novela". Sobre esta idea gira "El telón", el nuevo libro de Milan Kundera, un ensayo en el que el autor se pregunta sobre la creación, la historia, la moral, la falta de certezas o Europa.
"El Telón", el nuevo y esperado libro de Milan Kundera (Brno-Chequia, 1929), traducido por Beatriz de Moura, ha sido publicado por Tusquets, editorial que inicia también la reedición de todas las obras de Kundera en la colección "Esenciales".
Así, en este mes estarán también en las librería la novela "La despedida"; el volumen de relatos, "El libro de los amores ridículos", y la obra de teatro "Jacques y su amo. Homenaje a Denis Diderot".
En "El Telón", dividido en siete partes, el autor checo plantea más preguntas e inquietudes que respuestas acerca del engaño de la historia, el creciente provincianismo de la cultura europa, o la incapacidad del hombre de hoy para el sentido trágico, es decir, para conocer el aspecto frágil y parcial de las certezas humanas.
Pero, sobre todo, lo que hace el autor de "La insoportable levedad del ser" es recorrer a fondo la gran tradición literaria europea para subrayar que, más allá de la importancia del argumento, la novela constituye un genuino modo de conocimiento del alma humana, independiente de la filosofía, la ciencia o la historia.
Y para ello, muestra cómo antes de que Sartre pusiera de moda el existencialismo, Kafka ya había demostrado en sus obras que al hombre lo define siempre su situación comprometida; o cómo antes de que Weber analizara el fenómeno de la burocracia moderna, el vienés Stifter ya había relatado las consecuencias que la máquina administrativa iba a tener en el futuro.
Además, quién mejor que Flaubert para hablar de la trivialidad de lo cotidiano, o Anna Karenina para mostrar la infinidad de matices que pueden asistir en un momento, y al mismo tiempo, al ser humano. Balzac, Tolstoi, Dostoievski, Herman Broch, Proust, Gombrowicz y Cervantes son sólo algunos de los nombres que recorren el libro para demostrar "lo que la novela puede decir".
Y Kundera sostiene que el francés Rabelais y Cervantes fueron los creadores del arte de la novela, y que "el primer gran tesoro de la prosa europea se creó en Islandia en los siglos XIII y XIV, con las sagas.
El autor asegura que Cervantes, al enviar a Don Quijote a descubrir el mundo, "rasgó el telón", consiguió que entrase en el libro "la prosa de la vida". Nada en el Quijote es monocolor, la tragedia y la comedia se unen.
Y recuerda que, antes de que Cervantes terminará el segundo volumen de su novela, "otro escritor, todavía hoy desconocido, se adelantó publicando con seudónimo la continuación de las aventuras de Don Quijote. Cervantes reaccionó como lo habría hecho hoy cualquier novelista: con ira, y proclamó con orgullo: 'Para mí solo nació Don Quijote, y yo para él: él supo obrar y yo escribir, solos dos somos para en uno...'
"Desde Cervantes -subraya Kundera- este es el primer distintivo fundamental de una novela: es una creación única e inimitable, inseparable de la creación de un solo autor. Antes de que quedara escrito, nadie podía imaginar a un Don Quijote; era incluso de por sí lo inesperado...".
Kundera concluye que "el nacimiento de la novela quedó atado a la toma de conciencia del derecho del autor y a su defensa feroz. El novelista y su obra son una misma cosa, el novelista es el único dueño de su obra; es su obra. No siempre fue así.Y no siempre será así. Pero entonces el arte de la novela, la herencia de Cervantes, habrá dejado de existir"
Fuente:EFE
"El Telón", el nuevo y esperado libro de Milan Kundera (Brno-Chequia, 1929), traducido por Beatriz de Moura, ha sido publicado por Tusquets, editorial que inicia también la reedición de todas las obras de Kundera en la colección "Esenciales".
Así, en este mes estarán también en las librería la novela "La despedida"; el volumen de relatos, "El libro de los amores ridículos", y la obra de teatro "Jacques y su amo. Homenaje a Denis Diderot".
En "El Telón", dividido en siete partes, el autor checo plantea más preguntas e inquietudes que respuestas acerca del engaño de la historia, el creciente provincianismo de la cultura europa, o la incapacidad del hombre de hoy para el sentido trágico, es decir, para conocer el aspecto frágil y parcial de las certezas humanas.
Pero, sobre todo, lo que hace el autor de "La insoportable levedad del ser" es recorrer a fondo la gran tradición literaria europea para subrayar que, más allá de la importancia del argumento, la novela constituye un genuino modo de conocimiento del alma humana, independiente de la filosofía, la ciencia o la historia.
Y para ello, muestra cómo antes de que Sartre pusiera de moda el existencialismo, Kafka ya había demostrado en sus obras que al hombre lo define siempre su situación comprometida; o cómo antes de que Weber analizara el fenómeno de la burocracia moderna, el vienés Stifter ya había relatado las consecuencias que la máquina administrativa iba a tener en el futuro.
Además, quién mejor que Flaubert para hablar de la trivialidad de lo cotidiano, o Anna Karenina para mostrar la infinidad de matices que pueden asistir en un momento, y al mismo tiempo, al ser humano. Balzac, Tolstoi, Dostoievski, Herman Broch, Proust, Gombrowicz y Cervantes son sólo algunos de los nombres que recorren el libro para demostrar "lo que la novela puede decir".
Y Kundera sostiene que el francés Rabelais y Cervantes fueron los creadores del arte de la novela, y que "el primer gran tesoro de la prosa europea se creó en Islandia en los siglos XIII y XIV, con las sagas.
El autor asegura que Cervantes, al enviar a Don Quijote a descubrir el mundo, "rasgó el telón", consiguió que entrase en el libro "la prosa de la vida". Nada en el Quijote es monocolor, la tragedia y la comedia se unen.
Y recuerda que, antes de que Cervantes terminará el segundo volumen de su novela, "otro escritor, todavía hoy desconocido, se adelantó publicando con seudónimo la continuación de las aventuras de Don Quijote. Cervantes reaccionó como lo habría hecho hoy cualquier novelista: con ira, y proclamó con orgullo: 'Para mí solo nació Don Quijote, y yo para él: él supo obrar y yo escribir, solos dos somos para en uno...'
"Desde Cervantes -subraya Kundera- este es el primer distintivo fundamental de una novela: es una creación única e inimitable, inseparable de la creación de un solo autor. Antes de que quedara escrito, nadie podía imaginar a un Don Quijote; era incluso de por sí lo inesperado...".
Kundera concluye que "el nacimiento de la novela quedó atado a la toma de conciencia del derecho del autor y a su defensa feroz. El novelista y su obra son una misma cosa, el novelista es el único dueño de su obra; es su obra. No siempre fue así.Y no siempre será así. Pero entonces el arte de la novela, la herencia de Cervantes, habrá dejado de existir"
Fuente:EFE
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