AQUELOS MARAVILLOSOS AÑOS un vistazo a los 90´s (parte I)
La verdad, se me hace extraño echar la vista atrás y recordar los años en que empecé a disfrutar de la música.
Allá por, 1990, yo tenía 12 añitos y recuerdo perfectamente el día en que Jorge, mi amigo desde que tengo uso de razón, vino como todos los años a pasar las Navidades a León. Era lo más normal por aquel entonces. Lo que no fue tan normal, fue escuchar aquella cinta. High Voltaje, ponía en la parte de fuera de aquella cajita, con no se que, de AC-DC y otra de no se que de un tal Judas Priest y algo que apenas podía entender, algo así como Painkiller. Nadie me lo dijo, pero a partir de aquel insignificante momento mi vida dio un giro de 360º, y claro, yo no fui consciente hasta mucho tiempo después.
Comencé a hacerme con vinilos y como no, a grabarme aquellas cintas de AC-DC, Jimmy Hendrix, ZZ Top, Loquillo, Stray Cats, Dire Straits, Bon Jovi, U2, Yngwie Malmstein, Rolling Stones, Elvis, Zeppelín.... y todo lo que se transmitía boca a boca, porque ninguno teníamos lo que se dice una cultura musical de cuna. Siempre había algún amiguete que te decía: mi hermano tiene un disco de no se quien y es genial, el viernes por la tarde vamos a mi casa y mi hermano nos deja escucharlo.
Al poco tiempo, en septiembre de 1991, comenzaban a sonar en la radio unos tal Nirvana, que habían sacado un disco llamado “Nevermind”. El single era “smell like teen spirits”. Ese echo, no fue solo a mi al que debió de volar la cabeza, sino a millones de chavales que por aquella época comenzábamos a enloquecer con ciertas músicas.
Y el boca a boca seguía y como no, era inevitable obviar el duelo de dos bandas de melenudos, Metallica Vs Guns n´ Roses. En todos los quioscos había revistas, donde salían estas dos bandas en portada mes si y mes también, con grandes titulares en los que el morbo estaba servido. Y al morbo le siguió la curiosidad con lo que uno se iba a una tienda y se compraba los dos “Use your Illusions” y el “Black Album” para quedarse a verlas venir sin dinero para futbolines durante yo que sé, y así saciar la curiosidad de las supuestas bandas mas grandes de ese momento. Mereció la pena y es que recuerdo perfectamente la sensación que tuve cuando coloque la cara A del primero de los dos vinilos que venían en el“Use your Illusion I”, sobre el plato del salón de casa. Righ next door to hell¡¡ Creo que en aquel momento descubrí algo que ahora asimilo con total normalidad. Aquello no era normal. Claro está, que funcionó como una droga y hasta que no escuche por completo todos los temas de los dos álbumes no me quité aquellos cascos que aún andan por casa de mis padres. A partir de aquí la curiosidad no me dejó descansar y al poco, ojeando una Rip descubrí a Skid Row y su “Slave to the grind”. Menudo disco, me engancho desde el momento en que sonó la primera nota del riff de “Monkey Bussiness”.
Estoy hablando de 1991. Yo en ese momento ya tenía 13 años recién cumplidos. La verdad es que recuerdo este año con especial cariño. Por aquel entonces, ya me había echo con mi propia copia del Appetite for Destruction y Lies. Muy a mi pesar, en ese mismo año salían al mercado discos como “Ten” de Peral Jam, “Facelift” de Alice in Chains llevaba en la calle desde 1990, “Badmotorfinger" de Soundgarden… y un largo etc, que poco a poco iría descubriendo gracias a las revistas, radio, tiendas de discos y sobre todo a la gente, a la que sin saber porque uno se acababa acercando.
Continuará..
::SPIRAL::
Allá por, 1990, yo tenía 12 añitos y recuerdo perfectamente el día en que Jorge, mi amigo desde que tengo uso de razón, vino como todos los años a pasar las Navidades a León. Era lo más normal por aquel entonces. Lo que no fue tan normal, fue escuchar aquella cinta. High Voltaje, ponía en la parte de fuera de aquella cajita, con no se que, de AC-DC y otra de no se que de un tal Judas Priest y algo que apenas podía entender, algo así como Painkiller. Nadie me lo dijo, pero a partir de aquel insignificante momento mi vida dio un giro de 360º, y claro, yo no fui consciente hasta mucho tiempo después.
Comencé a hacerme con vinilos y como no, a grabarme aquellas cintas de AC-DC, Jimmy Hendrix, ZZ Top, Loquillo, Stray Cats, Dire Straits, Bon Jovi, U2, Yngwie Malmstein, Rolling Stones, Elvis, Zeppelín.... y todo lo que se transmitía boca a boca, porque ninguno teníamos lo que se dice una cultura musical de cuna. Siempre había algún amiguete que te decía: mi hermano tiene un disco de no se quien y es genial, el viernes por la tarde vamos a mi casa y mi hermano nos deja escucharlo.
Al poco tiempo, en septiembre de 1991, comenzaban a sonar en la radio unos tal Nirvana, que habían sacado un disco llamado “Nevermind”. El single era “smell like teen spirits”. Ese echo, no fue solo a mi al que debió de volar la cabeza, sino a millones de chavales que por aquella época comenzábamos a enloquecer con ciertas músicas.
Y el boca a boca seguía y como no, era inevitable obviar el duelo de dos bandas de melenudos, Metallica Vs Guns n´ Roses. En todos los quioscos había revistas, donde salían estas dos bandas en portada mes si y mes también, con grandes titulares en los que el morbo estaba servido. Y al morbo le siguió la curiosidad con lo que uno se iba a una tienda y se compraba los dos “Use your Illusions” y el “Black Album” para quedarse a verlas venir sin dinero para futbolines durante yo que sé, y así saciar la curiosidad de las supuestas bandas mas grandes de ese momento. Mereció la pena y es que recuerdo perfectamente la sensación que tuve cuando coloque la cara A del primero de los dos vinilos que venían en el“Use your Illusion I”, sobre el plato del salón de casa. Righ next door to hell¡¡ Creo que en aquel momento descubrí algo que ahora asimilo con total normalidad. Aquello no era normal. Claro está, que funcionó como una droga y hasta que no escuche por completo todos los temas de los dos álbumes no me quité aquellos cascos que aún andan por casa de mis padres. A partir de aquí la curiosidad no me dejó descansar y al poco, ojeando una Rip descubrí a Skid Row y su “Slave to the grind”. Menudo disco, me engancho desde el momento en que sonó la primera nota del riff de “Monkey Bussiness”.
Estoy hablando de 1991. Yo en ese momento ya tenía 13 años recién cumplidos. La verdad es que recuerdo este año con especial cariño. Por aquel entonces, ya me había echo con mi propia copia del Appetite for Destruction y Lies. Muy a mi pesar, en ese mismo año salían al mercado discos como “Ten” de Peral Jam, “Facelift” de Alice in Chains llevaba en la calle desde 1990, “Badmotorfinger" de Soundgarden… y un largo etc, que poco a poco iría descubriendo gracias a las revistas, radio, tiendas de discos y sobre todo a la gente, a la que sin saber porque uno se acababa acercando.
Continuará..
::SPIRAL::
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